La deficiencia de vitamina B12 afecta hasta al 20% de los adultos, con tasas más altas observadas en poblaciones de mayor edad y en aquellos con restricciones dietéticas (fuente). Esta condición puede impactar silenciosamente el sistema nervioso, las células sanguíneas e incluso la salud mental antes de que aparezcan síntomas evidentes. Debido a que las señales iniciales son sutiles y fácilmente confundidas con otros problemas, reconocer la deficiencia de B12 representa un desafío clínico importante. La conciencia de estos síntomas ocultos es vital para proteger la salud a largo plazo en múltiples sistemas del organismo.